HECTOR FRANCO

El Navegante

Zarpamos mi tripulación y yo aquél verano

El sol irradiaba en nuestras caras, esa aventura pintaba a que no sería en vano

 

Nos adentramos en altamar mis miedos y yo y en aguas mansas nos relajamos

 

La paz y tranquilidad que en cada rincón yacia  en aquella modesta balsa  gozamos.

 

Recuerdo la noche anterior a mi naufragio

Se confirmo mi más grande temor,ese maldito presagio

 

yo que te creía flor de primavera 

Resultaste flor de monte,menos que eso,una enredadera.No eras mundo nuevo eras una aventurera 

 

Las explicaciones sobraron y con un beso de tus labios fríos como el hielo me despedí. Creo que te maldije, lo sé con certeza.

 

También sé que un amante por las noches le enciende una vela y a su recuerdo le reza

 

Mientras un Navegante descansa en una modesta balsa en agua mansa

Por qué sabe que...hasta el amor a manos llenas...cansa.

 

Héctor Franco.- El Navegante