tus palabras y sentidos,
caracolas de tu alma
con los ecos de sus olas…
con los ecos del viento en calma.
Y yo sentado en la costa,
bajo el faro gigante de tu mirada,
escucho en silencio tu voz,
que me habla del pasado,
del presente y del futuro.
Y así… vas conformando tu vida
como los cantos rodados,
limando sus asperezas,
que llegan hasta mis pies,
dejando huella en la arena,
arena de mi vida.
Y voy viviendo mis sueños,
mientras tus olas refrescan
la sed de un hombre que aspira
las brisas de tu sentir.