SAETA.
Llora la caja en la noche
por las calles empedradas,
solo el toque de campanas
desde lo lejos, se oye
clavos de luz tiritando
sobre la cera quemada,
ruido sordo de estacadas
sobre el suelo adoquinado.
Nace la voz temblorosa
de un balcón oscurecido,
y va subiendo el sonido
al pasar la Dolorosa.
¡Dame madre¡ tu dolor
y compártelo conmigo,
déjame que tu castigo
lo soporte, también yo
triste.. la pena que arrastras
por la pérdida de un hijo
que murió, por el capricho
de sanar al pecador.
Llora la caja en redobles
en el silencio mas grande,
y llora la voz en balcones
con la saeta a la madre.
Dame, madre tu dolor
que lo sienta como mío,
que también mi corazón
se muere por el castigo,
hoy, mi voz desde el balcón
del dolor mas puro, grita
y en las noches de Sevilla
canto al compás del tambor,
entre velas.. que tiritan.
MUERE MI PLUMA
Hoy, mi pluma se entrecorta
por la tinta ya gastada,
hoy se quedan mis palabras
sin acentos y sin comas.
Hoy, la métrica me sobra
y mi pluma está cansada,
son borrones las palabras
entre ideas que se borran.
Muere mi pluma, en estrofas
entre versos que no acaban
agoniza muerte loca.
Se entrecortan las palabras
con la tinta que ahora es poca
sin llegar a terminarlas.