Alberto Escobar

Es inabarcable...

 


Es inabarcable lo efímero, 
lo que surge y se va, esa foto
de una vez que nos llega, 
ese pájaro que pasa y no
se percibe ya que la atención
no estaba atenta, ese penalty
que se nos escapa y repetir
no se puede, ya que en el teatro 
del mundo —ese donde todo pasa
y nada queda— no se puede 
rebobinar lo que va sucediendo,
no es dable la función bendita,
tan común hoy, de, gracias a YT,
ver después de ocurrido algún
espacio que antes ha sido videogra
fiado, y manejarlo a nuestro antojo,
para atrás, para delante, pararlo si
vamos al baño, si llama alguien a la puer
ta, escuchar con detenimiento, no per
der detalle...
Lo efímero, lo inaprensible, el segundo
que cae del segundero, que, como ho
ja caduca se entrega por apoptosis
a la tierra de la que extrajo su sustancia;
todo eso, y lo que no digo por que sería
prolijo enumerar, es la composición ami
noácida de la vida, de nuestro pudrirnos 
sucesivamente con la esperanza de rege
nerarnos de alguna manera para man
tener el parénquima que nos recubre, 
que nos aisla de la erosión ambiente,
esa que nos hiela en invierno si es invier
no, o la que nos tuesta si es verano, eso 
que se nos escapa de entre los dedos ya 
que es inaprensible (como dije más arriba).

Sí, inabarcable...