Tengo una barca
pero sin velas
que flota en ancho mar.
Mi vida en ella embarca,
dejando las estelas...
Las muchas olas
con su vaivén
quizá impidan zarpar.
Y aunque navegue a solas
mi fe, será el sostén.
Y con mi remo
yo remaré
sin temor, sin parar;
porque a nada le temo
si al remar, tengo fe…