LERKEV

SALVACIÓN

Me encuentro quizás perdido en el olvido,

en el abandono de un corazón herido,

deambulando entre las calles sin destino.

 

La brisa está callada y el eco es efímero,

todo es desconocido, el mundo ya no guarda mi futuro.

 

Pero en la penumbra de mi razón, un destello,

una sombra callada, turista de mis pensamientos,

viajera errante entre mis sueños,

susurrando mi nuevo comienzo.

 

Aquella voz silente despierta al mendigo herido,

el eco regresa desde el abismo profundo,

y mi alma, que tanto ha vagado,

al fin reposa, al fin respira.