nachosol

Sal en los ojos.

Había sal en mis ojos

Enfrente del espejo una montaña

de viento, lágrimas y tiempo, tajan

la savia de estos versos inquietos,

cálidos calidoscópicos poemas

de amores eternos, para que todo

quede en nada, nada es el sino

de mis desazonadas apneas,

nada más que suspiros entre sábanas,

con la piel despellejada de palabras

en un laberinto de sueños agitados

donde la salida es otro sueño.