Sables cortan los hilos
que manejan mi vida
y me quedo solo en un instante
en los parpados de tu destino
que se cierran lentamente
y hacen a un lado mis suspiros
que aniquilan mi esperanza
de poderte un día amarte
de poder al fin perderme
en tu cálida mirada
de esos tiempos en que fuimos
dos amantes sin mañana
donde el tiempo no era aliado
pero no importaba nada
mientras fuéramos el eco
del amor entre dos almas.
Quedo en un rincón abandonado
entre el polvo y las escarchas
quedo triste y olvidado
caminando entre navajas
que mis plantas han herido
pero nunca me han quebrado
y aunque ahora voy herido
y mis lagrimas brotaron
aunque el rostro va marcado
por los surcos que dejaron
aun así me iré arrastrando
por las huellas de tus pasos
que si bien no he de alcanzarte
moriré siempre intentando
seguir fiel tu camino
y si muero en el intento
aún así…
feliz habré vivido.