En la noche del 21 de noviembre, a las 10 pm, te propuse un encuentro.
Solo 5 minutos, fue la condición, pero la conversación se prolongó con emoción.
El tiempo pasó, y no nos dimos cuenta, de cómo los minutos se convirtieron en horas.
Pero lo que más recuerdo, es el último abrazo, en el que te vi hermosa, con un brillo en tus ojos.
Ese abrazo se quedó grabado en mi mente, como un recuerdo que no puedo olvidar.
Te extraño, Lxx, y siento tu ausencia, pero en mi corazón, siempre estarás presente.
Aunque solo nos conectamos en redes sociales, mi corazón late con el recuerdo de aquel abrazo.
Y aunque el tiempo pase, y la distancia nos separe, en mi mente, siempre estarás, Lxx, conmigo.