Las cosas que he presumido
asumo que nunca debí mostrar ante los demás.
Las cartas que jugué
comprendo que nunca debí poner todas sobre la mesa.
Solo era porque no sabía cómo funcionaba el juego.
Pensaba que esto
era entre honestos.
Puede que
no haya sido solo culpa tuya.
Fui yo quien se inventó una historia
y pretendió pensar por ti.
Una gran falta de respeto,
lo lamento en el proceso.
Ahora entiendo:
la vida, tal como es,
se ve y se percibe
según quién la mire
y desde dónde lo haga.
Así que…
fue solo algo que sucedió.
Una lección más que anotar en el cuaderno,
como una hoja que se deja ir
al son del viento,
antes de que decidas
si vas a poner el punto final.