Escribir por escribir VI
El silencio que se escucha.
La comida que no sacia.
Esa verdad que es falacia
y esa paz donde se lucha.
Hoy mi boca desembucha
sentimientos y emociones
que anidan en los rincones
de mi espectro a la deriva.
Mi barquilla que era altiva
hoy viste negros crespones.
Ahogarse en un vaso de agua.
Ver negra la luz del día.
Sentir que algo merecía
ese a quien forja la fragua.
Frecuentando la guaragua
me inventé mi Macondo
y respiré el humor hediondo
de falsas rimas y versos.
Viví entre dos universos...
para al final tocar fondo.
Mi mente siempre dilecta
con mis sueños jugaba
y aunque mi vida chirriaba
me decía: \'así es perfecta\'.
Es mi psiquis la arquitecta
de temores y ansiedades
y aunque tenga cualidades
siempre triunfa el negro hollín.
Este camino sin fin
habla de mis brevedades.
Con temor veo acercarse
el otoño de mi vida,
puede que no esté perdida
pero veo marchitarse
y día a día drogarse
mi barquilla que no engaña.
Andaré con mucha maña
para evitar que me azoten,
que a mi Macondo alboroten
y me saquen las entrañas.
Caretas todos llevamos,
unos mucho mejor que otros,
ya sean burros o potros
al final los calibramos.
La feo de mis arcanos
con la angustia siempre brota,
y el dolor y la derrota
son el sello y el emblema
de un iluso teorema
que hasta mi pluma hoy agota.
Alfredo Daniel Lopez
El guardián entre el centeno
Barcelona España.
PD.
Guaragua: En el Quito de 1920-1930, hasta el siglo XX, hablar de La Guaragua era referirse a un barrio ideal, frecuentado por pintores, bohemios y enamorados.
Macondo: Cuidad ficticia creada por el escritor y premio Novel de Literatura Gabriel García Márquez en su novela \'Cien años de Soledad\'... Se hace referencia al universo Macondo como el lugar donde todo lo imaginable e inimaginable puede existir.