FRANCISCO CARRILLO

LUZ DEL POETA.

Caigo de nuevo en las sombras

cubiertas de falso oro,

tenues faros que a su modo

dan su luz, siendo tan poca.

Destellos de luz sin fuerza

que el invierno ha condenado,

siluetas del pecado

torturándose en candelas.

Suave luz que no ilumina

la oscuridad mas profunda,

y luchan queriendo ser puras

la llama, de algunas velas.

Caigo de nuevo, y a oscuras

en el silencio invernal,

que atrapa mis pensamientos

y mi forma, de pensar.

Oscuridad que se lleva

entre los miedos mi alma,

y no hay luz, vela ni llama

que me pueda iluminar.

Luz que alumbra mi noche

colmada de oscuridad,

suave rayo que me da

ilusión a que soporte,

esta inmensa soledad.

Esta angustia condenada

por letras que no tienen vida,

y espero la luz del día

que ilumine mis palabras.

Vida a oscuras enfermada

entre sombras de poesía,

agonizante esta vida

que me tortura y me mata.

Vuelvo a caer en las sombras

esperando luz del alba,

suplicando que esa llama

ilumine mis estrofas.

Pero sigo consumido

por el poder de las letras,

y me siento cual poeta

que ni sabe ni ha sabido.

Sombra que haces que caiga

una vez y otra vez mas,

llévate la oscuridad

y dame la luz ansiada.

Haz que la luz pueda ver

que la noche, sea mañana

que note que mis palabras

cobren vida otra vez.

Si la luz que dan las velas

ni es suficiente, ni vale

haz que brillen mis poemas

no dejes que se me apaguen,

dame la luz del poeta

antes que sea muy tarde.