Muros derrumbados,
por sonidos y música extraviada,
un suspiro de madrugada,
los mejores sueños pasan olvidados.
El viaje injustificado,
el pastel desperdiciado,
la señora rusa que se molesta,
y la plata que ya no está.
Si flotan o se esfuman,
tal vez sean de las estrellas su refulgencia,
o de las cascadas su caída,
su inusual belleza abruma,
la mente amplificada no entiende de indulgencias,
cada noche regresan, no hay salida…