Como la lluvia que hoy me despertó con su canto
y descubrió ante mis ojos su belleza,
me siento sobre mi lecho y, como siempre,
comienzo a pensar en ti.
Es que la lluvia siempre me acompaña cuando está presente,
y con sus gotas me escribe su canción de amor.
Y en este idílico sentimiento que a mi corazón apremia
me hace descubrirte, majestuosa y esbelta,
más hermosa y radiante que este amanecer.
Tú iluminas con tu sonrisa
el espacio húmedo que me ofrece este amanecer
y, con gallardía, la lluvia se aparta para que puedas brillar.
Y aun así la lluvia me despierta para que piense en ti.
Hoy será un día para no dejar de pensar en ti,
mujer que la lluvia trajo hasta mí.
Miguel Ángel González Acosta
(ASEL)