Con la impotencia confinada en la memoria…
sin escapatoria,
esperando se desvanezca poco a poco la ansiedad,
con desesperada desventura,
tratando de alejar la incertidumbre de la oscuridad.
Un nuevo dilema…y una urgente necesidad,
derrotar a ese extraño sentimiento…
que se ha venido a posar en esta agonizante realidad,
con porfía…intenta hacerse notar,
con arbitrariedad…quiere imponer más tristeza…
de la que vengo arrastrando.,
¿pero hasta cuándo?...
ya no más…basta ya.
¿Cómo me bajo del tren de la melancolía?,
¿qué debo hacer para liberar mi espíritu de este desdén?,
¿En dónde puedo cambiar mi nostalgia por una sola alegría?
¿Cuándo podré deshacerme de esta lacerante rutina?
Ya es común sentirme así,
y hasta creo haberme acostumbrado,
la soledad es cosa normal…incondicional…
y le sigue el juego a mi delirio,
ya se me ha hecho natural,
sentirme así…apesadumbrado…como apagado…
morando en las sombras,
deambulando en lo arrepentido,
meditando sobre el infortunio de esa mi existencia…
que ha encallado en la desidia…
y ha naufragado en un océano de lágrimas contenidas.
¿Cómo podría hacer para recuperar mi estirpe?,
¿Cómo rescatar algo de mi febril adolescencia? …cuando me sentía poderoso,
o de mi niñez virtuosa…impecable…cuando pintaba todo de brillante,
¿Qué hacer para apartarme de ese velo de desconfianza,
de tanta desilusión… desbordante,
¿Cómo finalizar de una buena vez…este tormentoso y lento desenlace?
¿Cómo? ...si aún, cuando miro al cielo en la más oscura noche…
siempre encuentro aquella estrella…que sigue fulgurando…
a la que le pusimos tu nombre…
y me recuerda, que de entre todas…
tú siempre fuiste la más luminosa…la más bella.