ORILLAS DE COCIBOLCA
-No apto para menores-
Era el humo
en moléculas hirientes de incipiente madrugada que nos puso
con la gota de la muerte en el espíritu;
un rasgón frío y oscuro
y abrió el alma a la memoria
en un bar cerca del lago con la música anacrónica narrando nuestro mundo.
Seduciendo nuestro entorno,
la guitarra feliciana con su arpegio más profuso
y a la mesa dos dipsómanos
con un único
motivo. Cocibolca sonreía en un delirio de la suerte. Su cromática humedad en un efluvio
de una lámina caliente
Y a la mesa aquel etílico deseo
el sabor de la cerveza más que dos amantes pudo...
Con tu mano de azucena
y en la náusea de mis frutos
condujiste
las dos ansias
hacia el fondo de las aguas y un beso inoportuno
fue la daga de la tarde el pecado más absurdo.
Luego iré por los despojos:
lo que hicimos, nuestros gestos, la emoción y las hormonas en un punto
de la vida, fue la síntesis
de fuego, las mejillas de frescura
y tus labios consumiendo de mi boca juventud en los segundos
más viriles
y los años menos viles. La razón herida y recia de otros días nos condujo
hacia un tálamo distinto
y tendida ahí el tesoro de tu cuerpo blanco y rosa me ofreciste,
la famélica mirada
Y la boca sin disgusto.
Por debajo de tu cuello con sus pecas y sus gemas
los pezones de tus senos en desnudos
incentivos, motivaban mis caricias
...yo besé tus pechos cálidos
... yo besé tus labios húmedos
y tus manos empujaron mi cabeza dócilmente
a tu ombligo y a la rosa de tu vientre;
fatigados de sudor mi mano puso
tu cadera en la presión de la locura de mi ingle
y las piernas y tus muslos
restregaban en fantástico deseo
mi sensible conmoción qué adolecía de mi impulso.
Y en el tálamo de fiesta caducó nuestra agonía,
fue el intruso
del olvido y te fuiste
y El desprecio te alejó y te hizo diosa del deseo y del futuro,
la mejor rosa
de amor en la memoria de mis gustos...
Marcos H