jtaltuve

Fragmentos de un adiós inconcluso

 

Allí la puerta, umbral de incertidumbre,
donde tu sombra, niña de ojos tristes,
se funde en la penumbra, y se consume
el eco de los besos que no diste.

¿Acaso crees que soy estatua inerte,
que el alma no me duele, que no siento
el frío de tu ausencia, que convierte
en piedra el corazón, y en llanto el viento?

Si en los abrazos que jamás tejimos,
el tiempo se detuvo, en un instante,
¿por qué huir, a otros lechos fugaces,
a calentar sábanas por unos pocos centavos?

Ahora, el silencio es mi único consuelo,
y la razón, mi espada y mi escudo,
mientras observo cómo se desvela
tu alma errante, en un laberinto crudo.

Que la filosofía nos ilumine,
en este duelo de almas desterradas,
y que la dialéctica nos defina,
en la búsqueda de verdades olvidadas.

Y que la historia juzgue nuestros actos,
y la literatura, nuestra agonía,
pues somos, al fin, meros abstractos,
en el lienzo del tiempo, y la ironía.

JTA.