La música es algún hablar celeste,
de las más nobles lenguas de lo alto
cuyos vocablos son las cosas mismas:
todo aquello que tiemble,
todo aquello que adore
en diálogo de fuego con la luz.
La música es total significado
y cátedra en un aire de silencios;
de su alfabeto aprenden los planetas:
todo aquello que pulse,
todo aquello que gire
y sea comprensible en el amor.