Sin embargo,
me he refugiado en este hospicio de anormales patentados,
pues, en afuera la fiesta es peor,
se han \'tomao toíto\' el territorio peninsular y marítimo,
unos uniformados satánicos con armamento militar
que no le disparan, ciertamente, tan solo a pajaritos rojos;
clasifican, relegan, aterrorizan, exilian, dinamitan, mienten desvergonzadamente;
publican bandos, edictos siniestros;
decretan, cierran, persiguen, atemorizan poblaciones, individuos,…;
malditos estrenados;
han declarado la guerra interior;
es peligroso pensar, hablar, escribir,…;
movilizados en caravanas van sembrando espanto y muerte;
desaparece gente;
en este recinto encerrado en mi mismo coloreo mi vida con imaginación y sueños,
mientras surcan helicópteros patrullando desde los cielos,
estruendosos aviones supersónicos lanzan bombas,
barcos hunden el sosiego de los poblados costeros,
tanques pisan aplastando edificaciones, plazas, muchedumbres.
Ninguna duda me embarga respecto a mi deteriorado estado espiritual,
si entre hermanos se odian tanto,
yo estoy mal;
las mayorías dictan lo que es traspasar los límites de la razón
o minorías mediante la fuerza;
cuan equivocado estaba yo en mis fantasías de un mundo de ensueños,
aferrado a la decencia, honestidad, bondad
y otros disparates por el estilo;
tenían todo el derecho de enclaustrarme.