El amor es lo mismo que el vino
que te atrapa con dulce mixtura;
que te causa suprema locura
con un néctar fatal cibelino.
Él nos puede cambiar el destino
al beberlo con poca mesura;
y por ello tu siempre procura
disfrutarlo con máximo tino.
Con su espléndida y mágica flama
el nos vuelve su férvido reo;
y su etílica esencia derrama
los delirios del dulce deseo;
que te deja sujeto a su llama
imitando al titán Prometeo.
Autor: Aníbal Rodríguez.