inopinadamente cae
en el abismo de la penumbra.
Su angustia se desborda
al entrar en el mundo desconocido.
Tantea la invisibilidad
escucha voces sin rostros.
Y el espectro de la música
es su cobijo.
En el silencio total
el miedo la paraliza.
Un bastón le abre paso
en los caminos por andar.
Ausente el color de la vida;
llora como frágil niña.