César Tomé Martín

CUANDO LAS PIEDRAS...

Cuando las piedras solas y los árboles solos

me buscan, gime el cielo

que me hace convincente.

 

Se debilita entonces el buen piar

del día y los recuerdos

son prado encapotado que me acoge.

 

Y es que me duele vernos, o la vida

que somos, que no somos:

apartada ya está del compromiso,

aunque cuerpos tendidos en el suelo

nos callen, aunque exista luz sin luz

y repentinamente sepamos que no es

un trazo caprichoso el horizonte.

 

Y es que la dura muerte me visita,

ay la muerte de otros:

rasgan, obligan a resplandecer

como cosa sin alma,

a seguir con los modos de nadie en las afueras

de la hermosa ciudad y de la vida,

a arrastrar mil preguntas y cadenas.

 

Y es que sus muertes

_la de los familiares_,

cantos oscuros, llamas atrapadas

en el retrovisor de la memoria,

en el tiempo, en los ojos.

 

Gime el confuso cielo

que me hace convincente.