Lourdes Aguilar

NIMIEDAD

Cuando ya no se posee nada
nada al menos en apariencia
nada nuestro que los otros
por cualquier medio ansíen poseer
 
Nada que encienda la discordia
nada que nos distinga de otros
nada que nos  haga sobresalir
nada que atraiga las miradas
y pasamos tan inadvertidos
como un caracol en el jardín
 
Cuando esa nimiedad nos dañe
lamentando la pérdida de aquello
que alguna vez dimos por seguro
aquello que anhelamos con frenesí
pero de nuestras manos se escurrió
y ese vacío nos deprima y nos humille
como si por decreto fuese nuestro
o realmente nos hubiera pertenecido
 
Tal vez en algún momento
venciendo la impotencia
dejando fluir la tristeza
la consciencia acuda
susurrando entre lágrima y lágrima
el auténtico valor de la existencia
el repaso de los yerros nos sacuda
develando la razón y fin de la nuestra
 
Tal vez sintamos bajo los pies
el latido de otros desconocidos
hechos polvo desde hace siglos
y entonces entendamos simplemente
que en la tumba gloria y miseria
en fino polvo se emparejan