He juntado tantos gestos
de quienes quise sin medida,
que a veces dudo si esta voz
es mía
o prestada por la vida.
Si esta piel que llevo encima
fue elegida o fue impuesta,
si este cuerpo es una cima
o la ruina
de una apuesta.
Me miro en el espejo
como quien busca su nombre.
Cambio, sí. Pero, ¿alguna vez
fui algo más
que el reflejo de un hombre?
¿Soy libre?
¿O soy un eco
de lo que otros decidieron,
las migas en un sendero
que mis pasos no escogieron?
A veces siento que existo,
que soy cuerpo, que soy alma.
Otras veces solo asisto
al teatro de la calma.
Como si alguien desde lejos
moviera hilos que no veo,
y yo apenas repitiera
un papel
que no deseo.
Y si todo esto es ensayo,
si esta escena es provisional…
¿quién escribe lo que callo?
¿quién aplaude
mi final?