En un jardín secreto, entre sombras y luz,
nació una flor que nunca vio la cruz.
Sus pétalos eran de un azul profundo,
y su aroma era eco de todo el mundo.
Un día un viajero llegó hasta su ser,
y la miró como si fuera a entender.
\"Flor del olvido, ¿qué escondes en tu alma?\"
preguntó, mientras su voz perdía calma.
La flor suspiró, su fragancia se elevó,
y en un susurro, su misterio se desveló:
\"Soy el recuerdo de todo lo perdido,
un sueño olvidado, un amor nunca vivido.\"
El viajero sonrió y siguió su andar,
dejando atrás la flor que nunca dejó de brillar.
Porque a veces, lo que más duele en el pecho,
es lo que nunca se olvida, pero se
deja en el hueco.