Tengo un camarada, es mi nieto
de pequeños e inquietos sueños
me cuenta sus pequeñas batallas
que menudas las libra con decoro.
A veces me clava su tierna bandera
Que con su risa flamea en mi pecho
Su mirada limpia me invita a creer
que construir otro mundo es posible.
Deseo que vea la injusticia de frente
que sea valiente, que no calle nunca
que levante su voz contra la opresión
que jamás tolere la vil corrupción.
Que convencido luche a su modo
pues hay que vivir lo que uno cree
que nunca decline la esperanza
de un país más justo y solidario.