Uriel Josías Feliz Aquino

Forastero en tus besos

 

De los árboles frondosos caen aceitunas,

frutos secos con aceite en el alma;

los cuales me invitan a recostarme,

en la hierba que pinta la calma.

 

Arrojo el sombrero viejo y harapiento,

abusado por la mordaz travesía;

cual generó una voraz necesidad,

de eternos besos, amor y poesía.

 

Sediento estoy, oh, ¡qué sitibundo!

en el tétrico desierto resido;

pero no donde riñen los cactus,

sino en la pérdida del sentido.

 

En cansancio y en plena agonía,

vislumbro de un cisne la silueta;

una figura que palpa la amapola,

con su fulgurante vestido violeta.

 

Reboté del suelo que me amarraba,

por sus ojos celestes e insondables;

cabello primaveral y almidonado,

¡sus mejillas de cristal venerables!

 

Se acerca para brindar apoyo,

con manos cálidas y pura cortesía;

su fragancia me elevó al oasis,

de la esmeralda y la grata fantasía.

 

Me dio agua, pero seguí con sed,

me brindó pan, pero seguí con hambre;

prestó su abrigo, pero seguí con frío,

¡era la seca miel del enjambre!

 

Nada saciaba la carencia interior,

que me corría hasta el hueso;

hasta que brillaron mis pupilas,

por su flamante e intenso beso.

 

Sus melifluos labios tocaron los míos,

acariciándolos hasta manosear mi aliento;

produciendo un impetuoso manantial,

donde fluía el deseado sentimiento.

 

¡Qué torrente diluvio del besucar!

Mi corazón por entero se sonroja;

los nervios se apoderan del idilio,

del terremoto que retumba la hoja.

 

¡Quédate conmigo, rico néctar!

Ya no importa mi principal destino;

he hallado mi perenne paraíso,

cual hace olvidar mi antiguo camino.

 

Rechazo mi riqueza y sombrero,

pues mi fortuna es tu cabello;

intercambio la pisada aventurera,

por el boleto a besar tu bello cuello.

 

Pero te has esfumado por vapor,

¡desapareciste como fantasma!

Empero, recordaré tus caricias,

cual el amor a mi alma plasma.

 

Tomo mi sombrero, y sigo la vereda,

me llevo amoríos siendo forastero;

mi deleite fue mejor que el romero,

en la tierra donde fui extranjero.