Las hojas de los arboles,
nos caen encima en Otoño,
al mismo tiempo que nos caían,
un año encima del otro.
Ya no eramos tan niños,
como las hojas en Primavera,
ahora somos hojas de Otoño,
que el viento poco a poco se lleva.
Esos besos de principiantes,
que ahora nos damos en la mejilla,
son muestra de afecto,
igual que el Otoño respeta la Primavera.
Las hojas se van volando,
como los años que dejamos atrás,
pensando en los que nos caerán encima,
y volando día a día se irán.