Tengo empañada la palabra
En ventanas de baños , tapizandolas de tinta sangrientas
y cada aliento mendigan su aporte
para que sean
deducibles y no comprobadas
universales y no de estado
del ser y no de la raza
oscura como las noches
sin lunas
ni estrellas
queriendo publicarse en lo censurado del pueblo
el fondo dura
lo que una lágrima
demora al caer
desenfocado de colores embriagados
las bocas cocidas con hilo
¿culpa o gracia?
Es el horror que perturba el rincón infinito
Con sonidos huecos de arañas inmortales
hijos del amor
hijo del impulso
hijos del mal
hijos del secreto
sean hijos
de la debilidad de las tinieblas
de los escombros de la belleza visual
de los planetas olvidados
contemplen la palabra
en su esplendor total
se transforma como cual cerebro independiente de fieras
que recorre como un meteorito incandescente
la venas de cada uno de nosotros
y nos hace levitar fuera de esta orbita
llena de alambre y agujeros.
Miel