Pyck05

ESTOY CANSADO...

Estoy cansado,
decía el vagabundo,
ante la iglesia.

La vieja puerta
oía sus lamentos
desde el silencio.

El templo fresco
y oscuro, le invitaba
a descansar.

Buscando un banco,
en él sentó su cuerpo
y descansó.

Rezó, sin prisas,
en diálogo a los cielos,
en un susurro.

Y descansó
su cuerpo, amodorrado,
por largo viaje.

Muchos kilómetros
habían recorrido
sus largas piernas.

Y precisaba
del alto en el camino
y un buen descanso.

Soñó, despierto,
con nuevas primaveras
y mariposas.

Rafael Sánchez Ortega ©
07/04/25