Edwin Acosta Pena

Me quedo.

Me quedo, 

soñándote, 

deseándote, 

haciendo castillos 

en los caminos

que nos llevan 

a una isla fría,

aire dulce de caricias

que guardan tu aroma…

Me quedo con tus labios,

con tu salada piel

de brisa salada,

con tus puntas dulces 

y con tu piel blanca 

que me excita.

Y con mi sueño interminable

que cruza el horizonte

haré ovillos de recuerdos,

tan apasionados

y llenos de tus jadeos…

Me quedo a solas contigo,

en tu navío azul noche

con la fresa de tu pelvis,

con tus muslos asustados 

y mi corazón a muerte. 

©.