Frívola hora en que te conocí,
Maquina destructora de amor;
Ráfaga de implantes de muerte
Y conjuro de los vasallos revolucionarios.
La muerte huye de ti,
Los muertos se horrorizan,
Los vivos gimen
Ante tu presencia
Y el ocaso oye tus terribles ruidos.
Vienes a destruirme
O vienes a ver como
Me consumen las tinieblas.
Mátame con tus desprecios,
Arrójame a tus macabros
Pensamientos y húndeme
En tus flácidos movimientos.
Ya el alba no me indica nada,
Ni el zenit ilumina mi obscuridad,
Ni el ocaso oye mis gritos
Y la noche susurra
Al mar cuanto la amaba.
Ya nada de ti me recuerda,
Mis dedos han quedado
Como sombra
Y tu piel fue una dura pared
Que nunca pude votar.
Ni el viento huele a mí,
Ni tus ojos colocan
Mi imagen en frente de ti.
Me mata tu indiferencia
Y caigo como mazorca desgranada por el tosco pico
De un feroz cuervo.
Ya nada pende de un péndulo,
Ni los años,
Ni los recuerdos
Todo ha sido un vago
Recuerdo en tus fotos.
Más yo sé que fueron
Los más felices recuerdos
Que guardaré por toda la eternidad
Y mi amor firme por siempre
Hacia ti.