\"Una sola carne\"
En el silencio donde el alma canta,
tu piel me llama como fuego en calma,
y al roce lento de tu aliento amado,
mi mundo arde, mi tiempo se desarma.
No busco más que el templo de tu cuerpo,
la eternidad en cada beso nuestro.
No hay deseo fuera de tu figura,
ni pasión que no sea en tu cintura.
Eres mi única sed, mi fiel delirio,
mi pacto escrito en sudor y suspiros.
Tus gemidos, versos de confianza,
nacen del gozo y mueren en esperanza.
En ti me pierdo sin querer regreso,
y encuentro a Dios en cada largo beso.
No hay traición, porque eres todo lo que ansío,
mi amante, mi esposa, mi destino.
Los días pasan y la piel madura,
pero el deseo no encuentra mesura.
Porque el amor, cuando es raíz y llama,
no se apaga, se enciende y se derrama.
Cada caricia es pacto renovado,
juramento entre cuerpos abrazados.
No hay infidelidad donde hay entrega,
ni vacío donde el alma se doblega.
Yo te pertenezco, en alma y latido,
y tú a mí, como lo ha prometido
el amor que, sin prisa ni medida,
te elige a ti… para toda la vida.
Nelson Aburto Alemán.
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