Los hilos dilatadas de la noche me atraviesan el pensamiento
con su titilar de estrellas, grillos y silencios que te evocan en mí,
camino exhausta en la orilla del tiempo, distanciada de tu mano,
de tu mano, pero no de los recuerdos que me ligan a ser tu mujer
mientras deambulo, los ojos de la calle se posan en mi soledad
son tus ausencias prolongadas las que trastornan mis sentidos
atesoro tu presencia como avara que resguarda hasta el confín
la última de sus joyas, el último centavo que le queda para vivir.
Mi lengua saborea los momentos de frenesí compartidos
entre el calor de tu abrazo y nuestro nido, hoy, hoy tan vacío