El hombre que está contigo no mira,
te observa como a un premio que ganó,
no sabe del silencio que te gira,
ni del fuego que en tu centro se emanó.
Te ofrece lo que brilla y se consume,
la flor sin tierra, el vino sin desliz,
y tú, que aún sabes cómo arde el lume,
te envuelves en su paz sin ser feliz.
No ve tu sombra hablándote al oído,
ni el rastro de batallas que venciste,
cree amarte por tenerte en su nido,
sin ver la tempestad que le escondiste.
A veces creo que él no te merece,
que hablas de amor y él oye cortesía,
que vas descalza y él ni lo parece,
y aún no sabe que eras poesía.
Mas no le culpo: ama como ha aprendido,
no sabe que tu piel esconde el lábaro,
el hombre que está allí, no ha comprendido
que tú no eres hogar... tú eres el pájaro.
JUSTO ALDÚ
Panameño
Derechos reservados / abril 2025