Reb Liz

El Beso que Nunca Fue

Anoche te soñé. No sé quién eres, pero tus ojos...

me quemaron la piel incluso a través del sueño.

 

Sentí tu aliento, cálido y cercano, rozando mi

mejilla.

 

Recuerdo la sensación de tus labios, tan cerca de

los míos que podía sentir el latido de mi propio

corazón enloquecer con la anticipación.

 

Nuestros alientos se mezclaban, una danza

invisible, un preludio a un beso que nunca llegó.

Justo cuando nuestros labios iban a unirse,

desperté.

 

Ahora, con el vacío de tu ausencia, solo me

queda la marca indeleble de tu recuerdo, la

certeza de que te busco, aunque no sé dónde

encontrarte.

 

Es una locura, lo sé, enamorarse de un sueño, de

un desconocido, pero...

 

¿cómo puedo evitarlo?