La tierna luna hoy me recuerda que lo que realmente tiene valor, anida en el corazón y crece en el bosque del alma, el intelecto es un tesoro que debe ser alimentado y cuidado como se cuida esa flor que nace en el alma y alegra la existencia aún en los días en que todo parece bastante oscuro y revuelto esa flor que sabe de poesía de economía, filosofía que sabe llorar y reír, que ha degustado el triunfo y que ha experimentado el fracaso que es fuerte y vulnerable, que es estoica que puede ser ruda que es sensible y empática. Esa flor que no se doblega ante las fuertes rafagas de viento pero que disfruta de la fresca brisa, yo sigo caminando en medio de la ciudad y cada vez más sabio y sereno viendo cada detalle del paisaje urbano que me rodea con ojos nuevos, de admiración y descubriendo cosas nuevas en cada detalle es una noche bella y tranquila y yo sigo caminando sin prisa a mi casa.