Me enamora su voz y su sonrisa
si me mira a los ojos fijamente
su figura esculpida lentamente
a fuerza de los años y sin prisa.
Adalid es de halagos y de risa,
sinfonías de paz hay en su mente...
me mira picarona y sugerente
me envuelve entre su celo y dulce brisa.
Recibo de sus labios sin rubor
palabras que despiertan mi inconsciente
colmándome de dicha y de frescor.
Se propone quererme eternamente…
la beso con pasión muy lentamente
asiendo su cintura con amor.
esto sería el final
si empezara desde abajo
es la libertad carajo
de empezar por el principio.
De empezar por el principio
es la libertad carajo
si empezara desde abajo
esto no iría tan mal.