Como puñales el frío de mieles,
subyagante y conciso,
no para nunca de adiestrar bestias
en el mero acto de cazar para comer,
asi como me adiestra el corazón
en el mero acto de volcar pezuñas
en pos de tener labios
adiestrados a los míos...
Los colores del paradigma sublime
fortalecieron el estigma de mis nónadas,
trayendo consigo un palidecer hermoso,
el cual sostuvo con mi alma intacta
un dialecto paralelo,
mediante indescifrables voces
que recitaban tal formidables finuras,
en un conllevar armonioso en demasía...
Dogma ferviente
no pares de enriquecer
esa galaxia mundana,
suerte de coraza maltrecha y vivaz,
que no desfallece ni un segundo en su arte,
el de cazar en el aire tales visiones
de ojos, y de sonrisas..
La almohada fiel dejó de abrazarlo,
para luego hacerse a un lado
y dejarlo solo en pesadillas,
su frazada vió tal acto de puro egoísmo,
y acobijó su impronta,
defenestrando la mala acción,
y brindando al dormitar
una calma de vientre maternal..