extraño tu filo delicado
como me hacías sentir
liviana, relajada, el dolor y el agobio
se iban cuanto más profundo se hundía
los dolores de cabeza cesaban y
las voces callaban cada vez más seguido
el efecto no perduraba lo suficiente y
era el tiempo justo para que mi cuerpo pida mas de él.
era un bucle interminable, lleno de riesgos
y goteras cayendo por mis brazos
el pensamiento viviente dentro de mi
el accionar ante la impulsividad que nubla mi vista
hipnotizada
y en las tardes complicadas llenas de dolor y tristeza
puedo observar como estos se apoderan de mi cabeza
de mis manejos y de mi ser.