Yo no te pido la luna ni un cielo de alquiler dorado,
tan solo quiero amarte, sin tregua, sin pudor, sin lado,
beberte sin protocolo, fundirme en tu cuerpo sellado,
ser pecado que no niegas, tu abismo más venerado.
Quiero ser esa locura que vibra muy dentro de ti,
el eco que no se calla, la herida que dice: \"aquí\",
el pulso que se desboca, la sed que no tiene fin,
tu ruina más deliciosa, tu cárcel, tu frenesí.
No me hables de la distancia, del aire, del equilibrio:
yo quiero invadir tu sangre sin ética ni artificio,
coserme a tu piel desnuda con lujuria y sin juicio,
y que digan lo que quieran… yo ya firmé mi sacrificio.