Quiero amarte, pero la avaricia me consume,
en un juego de cartas, donde el deseo asume,
tu soberbia, un muro que no puedo escalar,
y yo, atrapada en el fuego, deseando brillar.
Tu mirada es un abismo, frío y distante,
un reflejo de un mundo que me deja vaciante,
intento seducirte con caricias, besos y coqueteos,
pero mi alma grita en un silencio que se conforma.
La lujuria me arrastra, me empuja a caer,
buscando en tu cuerpo lo que no puedo tener,
pero en cada roce, en cada toque, en cada beso...
me pierdo en el vacío, en un amor que es solo desconocido.
¿Qué valor tiene un deseo que no ve más allá?
Un amor que se aferra a la piel, sin verdad,
y aunque anhelo tu risa, tu esencia, tu ser,
solo soy un espejismo en tu mar de placer.
Quiero romper las cadenas, encontrar la conexión,
pero en tu soberbia, me pierdo en esa ilusión,
la avaricia de tu amor me deja sin aliento,
y en esta danza del viento, solo queda el tormento.
Así, entre tus besos y halagos me muevo,
buscando en tu abrazo un refugio,
pero sé que la lujuria no alimentará tú alma,
y en esta lucha interna, el amor pierde la calma.