No es la voz que brilla en días dorados,
ni la risa fácil en tiempos livianos.
Es la mano firme en noches calladas,
el faro encendido en aguas nubladas.
No teme el invierno, ni el viento que azota,
es raíz profunda que nunca se agota.
Es puente y refugio, abrigo en la herida,
es pacto sin dudas, sin fecha de vida.
Amigo es quien queda cuando todo calla,
quien carga tus penas, quien nunca te falla.
No es solo presencia, es alma que abraza,
un lazo infinito que el tiempo no arrasa.