Javier Julián Enríquez

Elegía crepuscular de la sublimación espiritual

Cuando el zafiro etéreo, transmutando

la efímera quietud del occidente,

desgrana su esplendor incandescente

en cúspides que yacen expirando;

 

un ánima silente, bordeando

los límites del piélago inclemente,

asciende por la roca omnipresente,

sus íntimos pesares desgarrando.

 

Ni el águila en su vuelo alcanzaría

la altura donde el ser, transfigurado,

trasciende la mortal melancolía;

 

mientras su sino acerbo, transformando

el férreo designio del pasado,

se funde con el véspero menguando.