Te besé tantas veces esa noche,
besos de chispazos, besos como golosinas.
Y mi mano... cual un leve pincel
redibujando tu cuerpo de artista;
con tus ojos de semáforo
me empujaron a atravesar
la carretera desnudo,
solo con el silbato en la boca
para cuándo me digas que pare;
menos mal que no hubo testigos
que no vieran tal espectáculo
de iniciados al juego de los enamorados.