Carlos Eduardo

S A L V A C I Ó N

Antes me sentía vivo,

navegaba por la mar de los sueños

en una eterna odisea;

 

mas, pasé a ser ese navío que se conduce a través de tormentas;

 

mírame imaginando tus sentimientos y pensamientos

como si se pudiera acertar;

 

yo estoy en esta humanidad

sumida en una locura colectiva delictiva;

 

sin embargo, funcionan los corazones y las antorchas.

 

Tú la cordura andando,

estás retenida en un manicomio;

 

quizás, la mayoría de los de ahí

están cuerdos

y han decidido marginarse de la sociedad,

para gozar de gente despreocupada y divertida.

 

Es un medio de salvación del alma.

 

No se puede escudriñar

la mente humana

sin equivocarse.

 

Es el error

de aventurarse en el otro.