Antes me sentía vivo,
navegaba por la mar de los sueños
en una eterna odisea;
mas, pasé a ser ese navío que se conduce a través de tormentas;
mírame imaginando tus sentimientos y pensamientos
como si se pudiera acertar;
yo estoy en esta humanidad
sumida en una locura colectiva delictiva;
sin embargo, funcionan los corazones y las antorchas.
Tú la cordura andando,
estás retenida en un manicomio;
quizás, la mayoría de los de ahí
están cuerdos
y han decidido marginarse de la sociedad,
para gozar de gente despreocupada y divertida.
Es un medio de salvación del alma.
No se puede escudriñar
la mente humana
sin equivocarse.
Es el error
de aventurarse en el otro.