Hoy no.
Para otro día mejor.
Y sécate ya las que se te
han escapado del interior.
Guárdalas, por favor.
Es complicado contenerlas,
lo sé.
Tanto como lo es
pretender que no nos duele lo que,
a veces,
nos está matando lentamente.
Por eso, te lo suplico...
No lo hagas, corazón.
Consérvalas.
Quédatelas para cuando
la ocasión las amerite
y que, quiera Dios
que sea la alegría las que
un día las provoquen.
Sí, mi niña.
Guarda tus lágrimas
para otro día.
Lávate el rostro.
Ponte más bonita...
Y ¡Sal! a ser ese sol
que ilumina.
Aunque ahora éste gris el cielo.
Aunque tengas más motivos
para quedarte en casa
y seguir durmiendo.
Quítate el traje de la tristeza
y vístete de resiliencia..
Tú puedes.
Has podido sortear más
que todo ésto antes.
Anda.
Que el mundo sin ti no es lo mismo.
Que el destino no está escrito...
Que la pluma está en tus manos...
Y tú eres la que decides
el final de éste libro.
Diana Janeth Reyes Diaz.
(Diana Reydz)
12/04/25
Todos los derechos reservados ©️