Horas que son eras en mi espalda
Viendo un verdor más viejo que la vida
Que el misterio de lo perenne guarda
Arrojo un grito sordo de despedida
Digo al bosque mi voz final: lo dejaré
Para anidar mis alas en otro más verde
Al Gran Claro, al Gran Tiempo entraré
Y conmigo morirá también mi muerte
Sombra, no acepto que el ser perezca
Allí todo vivirá, yo viviré con todo
Acompañado de lirios en plenitud:
Todo extranjero será amigo
Todo enigma será respuesta
Todo cansancio será abrigo
Toda penitencia será fiesta
Todo ruiseñor será orquesta
Toda montaña será Parnaso
El triste ciprés será selva...
¡Y será amanecer el ocaso!
Y todos los senderos transitados
Confluirán en los eternos collados
Espera el Alba
Tras el frío vado