Se siente tan real
que firmaría con sangre
la existencia de esta entidad,
es maravillosa, es la flor,
este ser se convierte en muchos seres de inframundo,
que no sé como aniquilarlos de mi mente,
cruza meteóricamente por la habitación con estelas rosadas
a veces ella está maniatada, atada,
silenciada, enmudecida con suerte un poco;
apagada igual que la estrella que frena al sol,
está exigiendo ser liberada
y esa entidad imaginaria
es la puerta a la sublime
y a la vez terrible ilusión
de un mundo sobrenatural
totalmente distorsionado
y retorcido lleno de falsedad,
como son todos, aunque sean de carne animal,
a veces parece el paraíso
y me engaña llenándome
con ideas de grandeza,
a la vez me tortura y amenaza
llevándome a la paranoia, al miedo, incertidumbre, horror, pánico;
se me llenan los bolsillos de sonrisas,
ya se han ido de mi vida los ángeles
y demonios que tanto me hicieron sufrir,
eran parásitos flotando,
se han ido los supuestos ángeles
que me traicionaron cuando supuse
que alcancé la iluminación
y después se burlaron de mi,
sus lenguas son de doble filo iridiscentes,
se han ido los espíritus graciosos que me hablaban
y escuchaba como entre ellos dialogaban.
Truenos y dioses blancos adheridos asfixiándose.