Dejé que mi alma aquel día de mí partiera
llevando consigo a sus nobles sentimientos,
le di al corazón solo la vida entre latidos
y le di a la tristeza mi muerte sólo en fragmentos.
Dejé en manos del fuego mi propia hoguera
en los labios de la pasión a mis últimos besos,
y le di al frívolo pasado todos mis olvidos
¡Y a mis emociones la verdad de todos mis versos!